¿Te has fijado en las ruedas de algunos coches?
Es curioso porque mientras que el vehículo avanza hacia delante vemos como sus ruedas giran hacia atrás.
Y..¿por qué ocurre este curioso fenómeno?
Aquí lo vamos explicar de una forma muy, pero que muy, sencilla.
Pero no vamos a hablar de conceptos complejos de física o anatomía del cuerpo humano.
Como siempre vamos a explicar la idea general, después si quieres información más técnica y profunda, busca en Internet.
Para entenderlo hay que entender, previamente, cómo trabaja el ojo humano.
Desde una perspectiva muy básica, nuestros ojos funcionan como una cámara fotográfica (o la cámara como nuestros ojos).
Los ojos, cuando miran, "toman" fotografías que envían al cerebro y allí se procesan.
Estas fotos van llegando, progresivamente, a nuestro cerebro y se produce un efecto muy similar al de los fotogramas de las películas, cuando se proyectan de forma continuada adquieren sensación de movimiento.
Pero debemos tener claro que nuestros ojos "toman" fotografías y no vídeos.
Dicho esto, vamos a escudriñar el por qué vemos girando "hacia atrás" una rueda que, realmente, está girando hacia delante y lo vamos a hacer usando, como analogía, un reloj.
Pero también hay que tener en cuenta que la velocidad del vehículo influye, y mucho, porque a más velocidad del coche más rápidas giran las ruedas y esto es determinante.
El ojo humano "toma" 24 fotos por segundo que envía secuencialmente al cerebro creando la sensación de "movimiento".
Esto quiere decir que "hace una foto" cada 0.042 segundos (1/24).
Al final del artículo te contaré cómo se llega a esta cantidad.
Imaginemos una rueda con un solo radio situado "a las doce en punto" y apliquemos la resultante, a todos los radios de la rueda.
Nuestro ojo hace una primera foto con el radio situado a "las doce" (hablamos de la aguja pequeña) y la envía al cerebro. Pasados 0.042 segundos hace otra, supongamos que a la velocidad que va el coche, el radio se ha situado a "la una" y la envía también al cerebro.
La secuencia continua regular porque la velocidad del coche, también lo es.
De esta forma el cerebro va recibiendo fotos del radio, a las doce, a la una, a las dos.. y así sucesivamente. Las procesa y nosotros vemos girar el radio normalmente, en el sentido de la marcha.
Pero..¿Qué ocurre si el vehículo aumenta su velocidad? Pues que el radio gira más rápido.
Volvamos a la secuencia: primeras foto "a las doce", pero como ahora la rueda gira más deprisa, en el tiempo que el ojo tarda en hacer otra foto (0.042 segundos), el radio se ha desplazado hasta "las once" (casi una vuelta completa) y, si la velocidad continua estable, en las siguientes fotos, el radio se irá posicionando a "las diez", a "las nueve", a "las ocho", a "las siete" y así progresivamente.
Nuestro cerebro procesará la información "tal y cómo le llega a él" y nosotros veremos girar la rueda hacia atrás con el vehículo avanzando hacia delante.
Bien y...¿Qué pasa si el coche adquiere una velocidad tal que la rueda tarde exactamente 0.042 segundos en dar una vuelta completa? Pues que con el coche en marcha veremos el radio en la misma posición, por ejemplo a "las doce" en punto".
Y...¿Si el radio da más de una vuelta en los 0.042 segundos que transcurren entre foto y foto? Pues veremos el radio girar en el sentido correcto pero "más lento" de lo normal.
¿Interesante? Bien, como lo prometido hay que cumplirlo vamos a ver cómo se obtiene esa cantidad de 24 imágenes por segundo que capta el ojo humano.
Realiza el siguiente experimento (con cuidado no le des un golpe a alguien), coge una cuerda, un poco larga, y ata en un extremo una pelota con un color fuerte, que se vea bien, por ejemplo: un rojo chillón.
Coge la cuerda por el otro extremo y haza gira alrededor tuyo a una velocidad de una vuelta por segundo, la verás pasar por delante de ti, con toda precisión.
Ve aumentando, progresivamente, la velocidad de giro y verás la pelota como un cuerpo "que gira" hasta que llegues a las 24 vueltas por segundo, a partir de aquí verás un círculo rojo "completo" a tu alrededor.
Tus ojos ya no pueden distinguir "individualmente" a la pelota como objeto.
Ahí está su límite.
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